Las bacterias pueden volverse resistentes a los antibióticos de forma natural, pero el mal uso de estos tratamientos ha impulsado la creciente aparición de bacterias resistentes. Existen varios mecanismos que permiten que una bacteria se vuelva resistente a los antibióticos, y uno de los más comunes es la adquisición de genes de resistencia contenidos en plásmidos.
Los plásmidos, que son pequeñas moléculas circulares de ADN, pueden transferirse entre bacterias, diseminándoles así genes útiles, como los genes de resistencia a los antibióticos. La interacción cruzada revelada por la investigación es una demostración directa de que un gen presente en un plásmido es capaz de manipular genes en el cromosoma bacteriano para su beneficio.
El estudio, realizado en colaboración con los equipos del Centro de Investigaciones Biológicas en Epidemiología y la Red de Salud Pública (CIBER-ESP) del Instituto de Salud Carlos III, el Hospital Ramón y Cajal y el Instituto Pasteur (París, Francia) y publicado en «Nature Communications», destaca la importancia de realizar investigación básica centrada en comprender la evolución de la resistencia a los antibióticos, para poder desarrollar nuevas estrategias y combatirla.
El investigador del CSIC que lidera el proyecto, Álvaro San Millán, explicó que la entrada de plásmidos en las bacterias altera su biología, porque obliga a las bacterias a hacer un esfuerzo extra y, para ello, modulan sus propios genes, es decir, «Off» o «Encendido» según tus necesidades
Las investigadoras Laura Toribio y Alicia Calvo-Villamañán detallaron el proceso del estudio, para el cual utilizaron herramientas computacionales para comprender qué genes bacterianos son importantes para el plásmido. Una vez identificados estos genes, se encargaron de analizarlos individualmente mediante técnicas genéticas para confirmar la utilidad de cada uno.
«Este estudio resalta la necesidad de incluir diferentes metodologías en la investigación científica y destaca el valor crucial de los estudios sobre bacterias aisladas de pacientes humanos. Estas investigaciones son fundamentales para ayudarnos a comprender cómo evoluciona y se propaga la resistencia a los antibióticos en el huésped humano», enfatizó. . la investigadora co-principal del trabajo en el CNB-CSIS, Ariadna Fernández Calvet.