El impacto de las propiedades cualitativas del colesterol en enfermedades cardiovasculares

Un estudio llevado a cabo por el Institut de Recerca Sant Pau de Barcelona (IR Sant Pau) y la Unidad de Ictus del Hospital de Sant Pau revela la importancia «esencial» de las propiedades cualitativas de las lipoproteínas del colesterol en la fisiopatología de enfermedades cardiovasculares como el ataque isquémico.

El trabajo, publicado en el Journal of Lipid Research, resalta la necesidad de ir más allá de los niveles cuantitativos tradicionales de colesterol para evaluar el riesgo de estas enfermedades, según informa el IR Sant Pau en un comunicado.

La investigadora del grupo de investigación IR Sant Pau Bioquímica y autora del estudio, Sonia Benítez, explica que ciertos cambios cualitativos, como el aumento de la carga eléctrica negativa de las lipoproteínas LDL y HDL, podrían tener un papel «causante» en la progresión de enfermedades cardiovasculares.

GESTIÓN CUANTITATIVA TRADICIONAL

El 20% de los accidentes cerebrovasculares isquémicos, una de las principales causas de mortalidad a nivel global, están directamente relacionados con la presencia de placas de ateroma en las arterias carótidas, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares graves.

Tradicionalmente, el manejo clínico de estos pacientes se ha enfocado en reducir los niveles de colesterol LDL y HDL, pero el estudio destaca que las características cualitativas de las lipoproteínas también son «fundamentales» en el desarrollo y progresión de estas enfermedades.

Entre 2016 y 2019, los investigadores estudiaron un grupo de población que incluía pacientes adultos con diagnóstico reciente de ictus isquémico previo y aterosclerosis carotídea, así como un grupo de sujetos sanos como controles.

ALTERACIONES CON «RAÍCES PROFUNDAS»

Una semana después del primer ictus, el LDL mostró una serie de cambios asociados a procesos inflamatorios y aterogénicos que aumentan la vulnerabilidad de las placas carotídeas.

En cuanto al HDL, se identificaron cambios que dañaban sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, comprometiendo su capacidad para prevenir la modificación del LDL y su efecto inflamatorio.

Estos cambios cualitativos persistieron a pesar de la introducción temprana de fármacos como las estatinas, lo que sugiere que tienen «raíces profundas» en la fisiopatología del paciente, según Benítez.

«PARCIALMENTE» REVERSIBLE

Sin embargo, después de un año de tratamiento, el LDL se volvió menos susceptible a la oxidación y agregación, mientras que el HDL recuperó parcialmente sus propiedades protectoras.

Para Núria Puig, investigadora del grupo de Bioquímica Cardiovascular y primera autora de la publicación, esto podría significar que las intervenciones terapéuticas tienen la capacidad de revertir «parcialmente» los efectos nocivos de los cambios.

La investigación subraya la importancia de un enfoque «integrador» que examine las propiedades cualitativas de las lipoproteínas, lo que puede ayudar a personalizar los tratamientos según las características específicas de cada paciente.

A pesar de algunas limitaciones, como el tamaño reducido de la muestra de pacientes, el estudio abre la puerta a nuevos enfoques clínicos en el futuro.

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