Se rechaza la difusión de rumores que demuestran «la desesperación de ciertos eclesiásticos al saber que el monasterio nunca les pertenecería».
Las ex monjas de Belorado (Burgos) explicaron que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ingresó «por error» en las cuentas bancarias las pensiones correspondientes a algunas de las hermanas fallecidas en la comunidad, aunque se corrigió esta «irregularidad» rápidamente por la Administración, que recuperó las cantidades «incorrectamente ingresadas».
«Es importante señalar que no se abrió ningún expediente ni se impusieron sanciones por esta situación», subrayó la ex clarisa en unas declaraciones recogidas por Europa Press en respuesta a las «presuntas irregularidades» denunciadas por el arzobispo de Burgos, que había comunicado El INSS que en las cuentas que administra para las ex monjas «se supone que se está recibiendo la pensión de una monja fallecida hace dos años».
Sin embargo, indicaron que tenían conocimiento de que algunas pensiones seguían depositándose en cuentas comunitarias «sin llegar a sus legítimos beneficiarios (las monjas vivas)», al tiempo que afirmaron «desconocer» el destino que el arzobispo les da. estos fondos, porque a las hermanas Clarisse se les «negó» el acceso a estas cuentas.
Las ex monjas también indicaron que en este momento no hay evidencia de que la Seguridad Social «ha ingresado pensiones en cuentas comunitarias a nombre de algún fallecido» desde la muerte de las hermanas hasta la fecha.
Sin embargo, subrayaron que verificar esto requeriría una revisión de las transacciones bancarias relevantes, lo que fue «imposible debido a la negativa del arzobispo a permitir el acceso a esas cuentas».
En el mismo comunicado, las hermanas de la comunidad monástica de Belorado explicaron que desde junio de 2024 perdieron el control de las cuentas bancarias abiertas a nombre de la entidad, al pasar a ser administradas por el Arzobispo de Burgos, incluidas aquellas donde se pagaban las pensiones de las Se depositan hermanas mayores.
«ATAQUES CONTINUOS»
Por otro lado, las ex monjas lamentaron los «continuos ataques de denigración» que sufrieron, que incluyeron publicaciones «infundadas» y rumores que las vinculaban con actividades como «la prostitución, el lesbianismo, los niños o las relaciones secretas, presuntos delitos», el cobro indebido de pensiones y la existencia de supuestas abadesas rivales».
A ellos se suman «campañas de críticas negativas en Internet desde cuentas falsas o de reciente creación, la aparición de drones y cámaras no autorizadas en los alrededores del monasterio, vigilancia en espacios públicos y ciberataques a sus cuentas de correo electrónico».
De hecho, explicaron que el término «Monjas de Belorado» es ya uno de los «más atacados y denigrados» en el mundo virtual, pero al mismo tiempo reúne un «gran número de simpatizantes y seguidores que crece constante e imparablemente en todo el territorio».
Las hermanas entienden que este camino «está lleno de desafíos y perciben estos ataques como parte de las dificultades inherentes a su vocación y misión».
Por todo ello, rechazaron «categóricamente» la difusión de rumores o informaciones «infundadas» que sólo demuestran «la desesperación de ciertos funcionarios eclesiásticos al saber que el monasterio nunca les perteneció ni nunca les pertenecerá».