Poner en peligro la salud con el uso excesivo de IBP

   Esta revisión, realizada por investigadores de India y Emiratos Árabes Unidos y publicada en la revista ‘LabMed Discovery’, destaca múltiples riesgos, relacionados con infecciones, afectación en los huesos, los riñones o el metabolismo efectos metabólicos e incluso efectos neurológicos a largo plazo. Además, factores geográficos y genéticos (como el metabolismo del CYP2C19) influyen aún más en la variabilidad del riesgo.

    Así, el estudio encontró mayor susceptibilidad a ‘Clostridium difficile’ y neumonía debido a la alteración del microbioma intestinal y la reducción de la función de la barrera ácida gástrica, y un mayor riesgo de fractura por malabsorción de calcio y alteración de la remodelación ósea (inhibición del canal TRPM6/7).

   En cuanto a su afectación de los riñones, la revisión asocia el abuso de estos fármacos con nefritis intersticial aguda, enfermedad renal crónica (ERC) y calcificaciones vasculares exacerbadas por hipomagnesemia, mientras produce un riesgo elevado de diabetes tipo 2 (DM2) y síndrome metabólico, posiblemente debido a la alteración de la homeostasis del magnesio y a la interferencia de la vía del óxido nítrico.

   También halló un posible vínculo con la demencia a través de una depuración deficiente de beta amiloide, deficiencia de vitamina B12 y una síntesis reducida de acetilcolina.

   A pesar de su eficacia, los IBP suelen recetarse en exceso, según los autores. Estudios muestran que entre el 50% y el 90% de los pacientes hospitalizados los reciben sin indicación clara.

   Por ello, sus recomendaciones pasan por un uso a corto plazo, limitado a entre 4 y 8 semanas para ERGE/úlceras, con controles regulares de magnesio, vitamina B12 y función renal en usuarios a largo plazo. Como alternativa recomiendan tomar bloqueadores H2 o modificar el estilo de vida cuando sea posible.

   Esta revisión subraya la necesidad de una prescripción juiciosa de IBP, con énfasis en evaluaciones personalizadas de riesgo-beneficio para mitigar las complicaciones generalizadas. Las investigaciones futuras deberían explorar los mecanismos moleculares y las terapias alternativas, recomiendan los autores.

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