El paso del huracán causó daños generalizados en Jamaica, afectando la infraestructura y dejando a la mayoría de la población sin acceso a internet. Ante la amenaza, Cuba tomó medidas preventivas y evacuó a alrededor de 750.000 personas.
El huracán provocó estragos en las comunidades costeras de Jamaica, destruyendo viviendas, derribando árboles y postes eléctricos, y dejando a su paso una estela de destrucción. La falta de comunicación causada por la interrupción del servicio de internet dificultó las labores de rescate y la coordinación de ayuda humanitaria.
Por su parte, Cuba no quiso correr riesgos y decidió evacuar a una gran cantidad de personas, priorizando la seguridad de sus habitantes. Esta medida preventiva permitió minimizar el impacto del huracán en la población civil y evitar pérdidas humanas.
A pesar de los esfuerzos de ambos países por hacer frente a la amenaza del huracán, los daños materiales son significativos y la reconstrucción de la infraestructura será una tarea ardua y costosa. Es necesario que la comunidad internacional se una en solidaridad para apoyar a Jamaica y Cuba en la recuperación de los estragos causados por este fenómeno natural devastador.
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