Amigos o enemigos: fibromialgia y calor

   «Depende siempre de cada paciente. Algunas personas están peor durante los meses de invierno, mientras que a otras les ocurre más en verano», afirma en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el doctor Javier Rivera, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología y reumatólogo en INDOL.

   Aquí, advierte este experto de que existen varios estudios en la fibromialgia y en otras enfermedades reumatológicas sobre cómo influyen las condiciones atmosféricas en los pacientes; si bien asegura que la evidencia científica en la actualidad es «inconsistente», ya que no todos los estudios encuentran los mismos hallazgos.

PRINCIPALES SÍNTOMAS DE LA FIBROMIALGIA

   Con ello, el doctor Rivera sostiene que el síntoma más frecuente en la fibromialgia es el dolor en el aparato locomotor y de otras partes del cuerpo, y que afecta a la totalidad de los pacientes: «Se acompaña de otros síntomas, entre los que destacan las alteraciones del sueño, el cansancio intenso, y las alteraciones cognitivas, digestivas, o del estado de ánimo. Es una de las enfermedades con un mayor número de síntomas».

   En este sentido, explica este reumatólogo que el calor, y especialmente los episodios de calor extremo, suponen siempre un reto biológico para cualquier ser vivo, precisando de un esfuerzo de adaptación al entorno cuando se producen estos episodios. «Las personas con fibromialgia tienen una capacidad de adaptación al estrés disminuida, por lo que sufren las consecuencias de las olas de calor de una forma más grave y persistente que el resto de la población, incluso agravándose los síntomas de la fibromialgia en lo que se conoce como brote de la enfermedad», advierte.

   Así, mantiene este sanitario que cualquier cambio en alguna de las variables atmosféricas puede desencadenar un aumento en los síntomas de la fibromialgia, si bien insiste en que «no existen estudios sobre qué variable afecta más». «Por lo general, cuando se produce un cambio en las condiciones atmosféricas, todas las variables se modifican a la vez, y hacen difícil determinar el papel que juega cada una por separado», afirma el doctor Javier Rivera.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LA FIBROMIALIGA Y EL CALOR

   Además de las recomendaciones habituales que debe seguir cualquier persona para evitar las consecuencias del calor extremo (hidratación adecuada, evitar esfuerzos durante las horas de más calor, alimentación ligera,*), este portavoz de la SER dice que en las personas con fibromialgia es importante recalcar que no deben aumentar la medicación durante estos episodios, ya que, por lo general, la ola de calor extremo dura menos tiempo de lo que tarda en hacer efecto los cambios en la medicación y, sin embargo, los efectos secundarios aparecen inmediatamente agravando la situación.

   De hecho, el doctor Rivera remarca que, coincidiendo con el buen tiempo, los días más largos, o el periodo vacacional propio del verano, las personas con fibromialgia es fácil que se olviden de las propias limitaciones que les impone su enfermedad: «Un aumento en la actividad física diaria, los cambios en la dieta o una disminución en el reposo necesario para estas personas pueden provocar un aumento de los síntomas de forma inmediata o cuando finalizan su periodo vacacional».

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