
El tiempo dedicado diariamente a utilizar dispositivos electrónicos ha aumentado en la última década, lo que puede tener consecuencias negativas en nuestra salud visual y en nuestra calidad de vida. Este hábito puede provocar sequedad ocular, tensión en los músculos perioculares, problemas de postura que generan contracción muscular y afectación de los ritmos circadianos debido a la luz azul emitida por estos dispositivos, lo que puede desencadenar crisis migrañosas.
Para evitar estos problemas, es importante identificar los factores desencadenantes del dolor de cabeza y adoptar hábitos preventivos que reduzcan su impacto. Entre estos hábitos se encuentra cuidar la postura al usar los dispositivos, colocando la pantalla a la altura de los ojos y apoyando la espalda en un respaldo. También se recomienda evitar el brillo excesivo, favorecer la luz ambiental cálida, parpadear más, mantenerse hidratado, realizar pausas visuales que incluyan estirar el cuello y seguir la regla 20-20.
Además, es importante reducir la exposición nocturna a pantallas y evitar el uso de dispositivos al menos una hora antes de dormir para mantener una adecuada higiene del sueño. Para aquellos que sufren de migrañas o son predispuestos a padecerlas, es aconsejable establecer límites diarios de exposición digital.
En caso de que el dolor de cabeza sea frecuente o incapacitante, se recomienda consultar a un neurólogo para descartar posibles causas secundarias y diseñar un plan de manejo personalizado. Es fundamental cuidar nuestra salud visual y adoptar buenos hábitos al utilizar dispositivos electrónicos para prevenir problemas futuros.
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