El color del moco no siempre indica una infección bacteriana que requiera antibióticos. A menudo se piensa que el moco verde es un signo de infección, pero en realidad su color se debe a una enzima liberada por los glóbulos blancos que actúa como una especie de ‘lejía natural’, destruyendo microbios. Este proceso inflamatorio durante una infección respiratoria puede cambiar el color del moco, volviéndolo verde o amarillo.
La presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, la doctora Silvia Sánchez Ramón, explica que el color verde del moco purulento se debe a la acumulación de la enzima MPO, que tiene propiedades antimicrobianas. Sin embargo, el color del moco no es un indicador fiable de una infección bacteriana, ya que puede ocurrir tanto en infecciones virales como bacterianas.
Es importante evitar el uso innecesario de antibióticos basado únicamente en el color del moco, ya que esto puede contribuir al desarrollo de resistencias bacterianas. Los criterios para iniciar un tratamiento con antibióticos deben ser personalizados, especialmente en pacientes con inmunodeficiencia. La hidratación, los lavados nasales y los humidificadores son recomendados como tratamiento sintomático en casos de infección respiratoria.
En resumen, el color del moco por sí solo no es suficiente para determinar si se necesita antibióticos. Es fundamental evaluar otros síntomas y considerar la causa subyacente de la infección para un tratamiento adecuado.
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