A diferencia de sus parientes de superficie, que prefieren picar a aves y necesitan agua estancada al aire libre, el mosquito del metro de Londres ha logrado sobrevivir bajo tierra, soportando el calor, la humedad y la falta de estaciones. Su sorprendente capacidad de adaptación lo convirtió en un símbolo de cómo la vida puede prosperar incluso en los lugares más insólitos de la ciudad moderna.
Una investigación internacional, en la que ha participado la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha revelado el origen milenario de este insecto, considerado uno de los mejor adaptados a las ciudades modernas. Se ha descubierto que el ‘mosquito del metro de Londres’ no evolucionó a partir de un mosquito que picaba a aves en los túneles urbanos, sino que ya se había adaptado a vivir cerca de los humanos hace entre 1.000 y 10.000 años.
Este hallazgo supone un cambio de paradigma en la biología urbana, demostrando que el mosquito desarrolló sus habilidades para picar a humanos y vivir bajo tierra mucho antes de la llegada de los metros a las ciudades modernas.
En cuanto a la transmisión del virus del Nilo occidental, el estudio revela vínculos genéticos entre mosquitos que pican aves y humanos. Esto permite entender cómo se transmite el virus, un patógeno aviar que puede afectar a los humanos. El análisis genético ha ayudado a comprender mejor la hibridación entre las dos formas del mosquito, mostrando que este proceso es menos común de lo que se pensaba, pero aún se produce en las grandes ciudades, donde los habitantes podrían estar más expuestos al patógeno.
En resumen, el estudio genético realizado ha proporcionado información valiosa sobre la evolución y adaptación de los mosquitos a los entornos urbanos, lo que puede ser crucial para prever cómo podrían afectar a la salud humana en el futuro.
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