
Estudios recientes han revelado una paradoja en la relación entre el Alzheimer y la educación. A pesar de que tradicionalmente se ha creído que la educación superior puede actuar como una protección contra el deterioro cognitivo asociado con la enfermedad de Alzheimer, investigaciones recientes sugieren lo contrario.
Investigadores de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston han descubierto que las personas con mayor nivel educativo tienden a experimentar un deterioro más rápido en la memoria y en las capacidades cognitivas una vez que son diagnosticadas con Alzheimer, en comparación con aquellas con menor nivel educativo. Este hallazgo desafía la noción previa de que la educación superior ofrece una protección permanente contra el Alzheimer.
La reserva cognitiva (RC) se refiere a la capacidad del cerebro para mantener la función cognitiva a pesar de los cambios cerebrales relacionados con la edad, daños o enfermedades. Se pensaba que las personas con mayor educación tenían una mayor tolerancia a la patología relacionada con el Alzheimer sin experimentar un deterioro funcional, pero este nuevo estudio sugiere lo contrario.
Los investigadores analizaron datos de más de 1.300 adultos mayores diagnosticados con Alzheimer en clínicas de memoria de Inglaterra, Alemania y Francia. Utilizando el Mini-Mental State Examination (MMSE) como medida de rendimiento cognitivo, observaron que las personas con más años de formación educativa experimentaban un descenso más rápido en sus puntuaciones del MMSE después del diagnóstico.
Este estudio pone de manifiesto la importancia de estar atento a los primeros signos de Alzheimer en personas con un alto nivel educativo, ya que las pruebas cognitivas comunes pueden pasar por alto estos signos en esta población. Los investigadores sugieren que en el futuro, las pruebas digitales autoadministradas podrían ser una forma más eficiente y accesible de detectar cambios tempranos en el pensamiento y la memoria.
En resumen, este estudio desafía la creencia común de que la educación superior protege contra el Alzheimer, y destaca la importancia de una detección temprana y un seguimiento cuidadoso en personas con un alto nivel educativo para garantizar un tratamiento y apoyo oportunos.
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