
Según la experta mundial en yoga facial, Masha Marqués, esta práctica se ha convertido en un método simple, efectivo y empoderador que debemos incorporar a nuestras rutinas diarias. El yoga facial nos ayuda a reconectar con nuestro rostro, tonificar los músculos, estimular la circulación sanguínea y linfática, liberar tensiones y favorecer la producción natural de colágeno.
En España, la experta en yoga facial Diana Bordón destaca que esta técnica aporta beneficios como iluminar, rejuvenecer, tonificar y dar salud a la piel. Además, puede frenar el proceso de envejecimiento con resultados visibles en pocas semanas si se practica de forma constante.
Para practicar yoga facial, solo se necesitan las manos, crema hidratante o aceite facial, y un espejo para observar los movimientos. Con tan solo 10 minutos al día, es posible empezar a notar resultados significativos, siempre y cuando se realicen los ejercicios adecuados de manera regular.
¿A qué edad es apropiado comenzar con estos ejercicios? Según Marqués, se puede empezar a cualquier edad, siendo una herramienta fantástica de prevención en los 20 y 30 años. En etapas posteriores, como en los 40, 50 y más allá, los ejercicios faciales ayudan a recuperar el tono muscular, reducir arrugas y devolver una expresión más relajada y luminosa.
Para quienes deseen iniciarse en el yoga facial, Marqués comparte tres ejercicios esenciales que se pueden realizar en casa en una rutina diaria de apenas 10 minutos. Estos ejercicios se centran en diferentes zonas del rostro, como las mejillas y boca, la mandíbula y la parte inferior del rostro, y los párpados.
En resumen, el yoga facial se presenta como una práctica beneficiosa para la salud de la piel y los músculos faciales, que puede integrarse fácilmente en la rutina diaria para obtener resultados visibles y duraderos. Con constancia y dedicación, el yoga facial puede ser una herramienta valiosa para cuidar y mantener la belleza del rostro a cualquier edad.
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