
El valor de los productos ecológicos va más allá de sus propiedades químicas o vitamínicas, centrándose en el modelo de producción, el respeto ambiental y la cercanía. En este reportaje, el doctor en Ciencia y tecnología de los Alimentos, Miguel Herrero, desmitifica la idea de que los alimentos ecológicos sean necesariamente más saludables que los convencionales, ya que no hay evidencia científica que lo respalde.
La producción ecológica se basa en prácticas agrarias y ganaderas que minimizan el impacto ambiental, destacando la prohibición de productos químicos sintéticos en la agricultura y antibióticos en la ganadería. Aunque cumplir con las normas ecológicas no garantiza un mayor respeto por el medio ambiente que las prácticas convencionales, en España se aplican estrictas regulaciones para la producción ecológica, con certificaciones obligatorias para todos los productos vendidos en la UE.
Herrero señala que, a pesar de estar permitidos ciertos procesos en la producción ecológica, como el uso de invernaderos a gran escala, la calidad nutricional de los alimentos no difiere significativamente de la convencional. El control de fitoquímicos y antibióticos en la ganadería es riguroso, aunque existen desafíos en la trazabilidad y control de los productos ecológicos fuera de las grandes superficies.
En conclusión, la etiqueta «ecológico» no garantiza necesariamente una mejor opción, especialmente cuando se trata de productos importados que pueden tener un mayor impacto ambiental en su transporte y producción. Es importante considerar el contexto y la sostenibilidad en la elección de alimentos, más allá de la etiqueta ecológica.
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