Premios de la Fundación Fronteras del Conocimiento BBVA para investigadores en diabetes y obesidad

Los investigadores que sentaron las bases biológicas que permitieron desarrollar nuevos fármacos contra la diabetes y la obesidad recibieron este miércoles el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina.

Daniel Joshua Drucker (Hospital Mount Sinai, Canadá), Joel Habener (Universidad de Harvard, EE.UU.), Jens Juul Holst (Universidad de Copenhague, Dinamarca) y Svetlana Mojsov (Universidad Rockefeller, EE.UU.) fueron premiados en la XVII edición del este premio por su trabajo conjunto, que reveló la función biológica de la hormona GLP-1, que tiene un papel fundamental tanto en el mantenimiento de los niveles de glucosa como en la regulación de la sensación de apetito.

De esta forma, los ganadores reciben un nuevo reconocimiento tras recibir, en junio de 2024, el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024.

«Todo el trabajo se centró inicialmente en controlar la diabetes tipo 2, pero se descubrió que tiene la capacidad de actuar sobre otros órganos además del páncreas, como el cerebro. Esto le permite poder controlar nuestro apetito y la velocidad del tránsito intestinal”, afirmó durante el anuncio el secretario del jurado, Óscar Marín, profesor de neurociencia y director del Centro de Neurobiología del Desarrollo del King’s College de Londres (Reino Unido).

En el campo de la investigación sobre las claves biológicas de la obesidad, los hallazgos de los cuatro premiados se complementan con los de Douglas Coleman y Jeffrey Friedman sobre el papel de otra hormona, la leptina, en la regulación del apetito y del peso corporal, que ya se había estudiado reconocido en 2013 por los mismos premios.

Los cuatro científicos se propusieron comprender el papel de unas hormonas descubiertas recientemente en los años 1980, llamadas péptidos similares al glucagón. De esta forma identificaron que uno de ellos, el péptido GLP-1, estimulaba la producción de insulina en el páncreas de ratas.

Tras años de investigación, en 2002 publicaron un gran ensayo clínico en The Lancet, en el que durante seis semanas sustituyeron la insulina por GLP-1 en bombas de infusión de fármacos que los pacientes diabéticos ya utilizaban a diario.

Tres años después, en 2025, se aprobó un fármaco basado en GLP-1 para tratar la diabetes tipo 2. Con el paso de los años, descubrieron que el GLP-1 también moderaba el apetito, reduciendo el peso. En 2014 se aprobó el primer fármaco contra la obesidad basado en este péptido.

En lo que respecta a la diabetes, el hecho de que el GLP-1 sólo estimula la producción de insulina cuando los niveles de azúcar en sangre son altos, reduce drásticamente el riesgo de que este nivel caiga por debajo del límite seguro.

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