¿Realmente la carne y la leche no contienen hormonas?

En una entrevista con Europa Press Infosalus, el catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia y miembro de la Sociedad Española de Nutrición, Gaspar Ros Berruezo, afirma que «tanto en España como en el resto de países de la UE, se garantiza que la carne, la leche y sus derivados están libres de residuos de hormonas y antibióticos».

Según él, en la Unión Europea, incluida España, está prohibido el uso de hormonas para estimular el crecimiento o engorde de animales de granja. Esta normativa lleva más de 40 años vigente, garantizando que la carne y la leche que consumimos no contienen residuos de estas sustancias.

«Desde 1981, con la Directiva 81/602/CEE y posteriormente el Reglamento 1831/2003, el uso de hormonas sólo está permitido en casos muy específicos, como en tratamientos terapéuticos veterinarios o zootécnicos, por ejemplo, para inducir el celo en animales reproductores. En estas situaciones, el uso está estrictamente regulado y un período de supresión, lo que garantiza que no queden residuos en los productos destinados al consumo humano», afirma el director del Departamento de Seguridad Alimentaria y Sostenibilidad de la Universidad de Murcia.

Para garantizar la seguridad alimentaria, este experto afirma que las autoridades realizan controles periódicos siguiendo el Reglamento (UE) 2017/625 y los planes nacionales de residuos: «Estas pruebas comprueban la ausencia de sustancias prohibidas, incluidas hormonas, garantizando que los alimentos sean seguros para los consumidores».

CALIDAD Y SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EUROPA

Pero Ros Berruezo señala que en los casos en los que se detectan residuos, los productos se retiran inmediatamente del mercado y se imponen castigos severos a sus responsables: «Esta normativa y controles estrictos suponen una garantía adicional para los consumidores, reforzando la confianza en la calidad y seguridad de los alimentos en Europa».

En el caso del uso de antibióticos como promotores del crecimiento en animales destinados a la producción de alimentos, afirma el miembro de la Sociedad Española de Nutrición, el uso de estos productos está prohibido desde 2006 según el Reglamento 1831/2003: «Los antibióticos sólo están permitidos para tratar infecciones, o prevenir brotes en situaciones muy concretas, siempre bajo control veterinario, y siguiendo estrictos protocolos de uso».

QUÉ PASA CON LOS ANTIBIÓTICOS DE DESECHO

Cuando se trata de seguridad alimentaria, este experto en nutrición afirma que los residuos de antibióticos en la carne y la leche no pueden exceder los límites máximos de residuos (LMR) (la concentración máxima legalmente permitida de un medicamento veterinario, como antibióticos o sus metabolitos, en alimentos de origen animal) establecido por la normativa europea, tal y como se detalla en el Reglamento (UE) 37/2010.

“Para garantizar este cumplimiento, los veterinarios deben cumplir periodos de supresión o espera después de la administración de los fármacos, evitando que los residuos lleguen a los alimentos que se comercializan», afirma.

En España, el experto destaca en este contexto que el Plan Nacional de Investigación de Residuos (PNIR) juega un papel fundamental en el seguimiento de residuos de medicamentos veterinarios, incluidos los antibióticos: «Este plan realiza muestreos en mataderos, granjas y productos importados para comprobar el cumplimiento de la normativa. Los resultados de estos controles reflejan un alto nivel de seguridad alimentaria: en 2022, por ejemplo, más del 99% de las muestras analizadas cumplían los requisitos legales. Esto refuerza la confianza de los consumidores en la calidad y seguridad de la carne y la leche producidas y comercializadas en España y el resto de la Unión Europea».

Sin embargo, Ros Berruezo advierte de que cuando se han detectado residuos de antibióticos en alimentos, aunque en niveles generalmente bajos y dentro de los límites legales, los principales antibióticos detectados incluyen tetraciclinas, sulfonamidas, macrólidos y ß-lactámicos como las penicilinas. “Los delitos suelen deberse a una mala gestión de los tiempos de abstinencia de las drogas o al uso inadecuado de las mismas, situaciones que se detectan a través de controles oficiales”, puntualiza.

REDUCCIÓN DE RIESGOS

La Unión Europea, como señala al respecto el miembro SEÑ, cuenta con estrictas regulaciones para garantizar la seguridad alimentaria, y reducir los riesgos asociados al uso de medicamentos veterinarios en la producción de alimentos.

En concreto, este especialista cita el Reglamento (UE) 2019/6 que establece normas claras sobre el uso de antibióticos en animales, con el objetivo de minimizar la resistencia a los antimicrobianos (RAM): «Este reglamento es parte de Plan de acción sobre resistencia a los antimicrobianos que incluye medidas para reducir el uso innecesario de antibióticos, así como promover prácticas de cría de animales más responsables y sostenibles”.

En cuanto a los controles, este experto insiste en que se realizan inspecciones sistemáticas en mataderos y granjas, donde se analizan las muestras para detectar posibles residuos de hormonas o medicamentos veterinarios. «Además, el sistema de trazabilidad de la Unión Europea permite identificar el origen de los alimentos y retirar del mercado aquellos productos que no cumplan con la normativa vigente, protegiendo así la salud de los consumidores», añade.

CUANDO LOS ALIMENTOS PROCEDEN DE FUERA DE LA UE

Respecto a los productos importados, el director del Departamento de Seguridad Alimentaria y Sostenibilidad de la Universidad de Murcia afirma que la UE aplica controles muy estrictos para garantizar que los alimentos procedentes de países donde está permitido el uso de hormonas o antibióticos como promotores del crecimiento cumplan las normas europeas.

«Las autoridades sanitarias de cada país miembro comprueban si estos productos cumplen con la normativa de la UE, proporcionando una garantía adicional en cuanto a la calidad y seguridad de los alimentos que llegan al mercado europeo. Estas regulaciones y controles refuerzan la confianza de los consumidores en los productos disponibles en la Unión Europea y contribuyen a la lucha global contra la resistencia a los antimicrobianos”, insiste Ros Berruezo.

¿POR QUÉ PERSISTE EL MITO DE LOS ANTIBIÓTICOS?

Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia Afirma que hoy persiste el mito de que la carne y la leche contienen trazas de hormonas y antibióticos. por varios factores.

En primer lugar, cita como primer «culpable» él desconocimiento de la legislación actual Esto hace que muchos ignoren que el uso de hormonas para estimular el crecimiento animal está prohibido en la Unión Europea y que los residuos de medicamentos veterinarios están estrictamente controlados.

Además, subraya que miedo generalizado a los productos químicos genera desconfianza hacia los alimentos de origen animal, incluso cuando cumplen las normas de seguridad.

Finalmente, Ros Berruezo menciona que algunos intereses comerciales Pueden promover este mito para promocionar productos supuestamente más naturales o ecológicos, creando confusión entre los consumidores.

«Es importante recalcar que La carne y la leche producidas en la Unión Europea cumplen con los más altos estándares de calidad y seguridad alimentaria. Normas estrictas, junto con controles oficiales periódicos, garantizan que los residuos de hormonas y antibióticos estén por debajo de los límites establecidos como seguros para la salud humana. Por tanto, los consumidores pueden estar seguros de que los alimentos de origen animal disponibles en el mercado son seguros, saludables y aptos para el consumo”, concluye este experto.

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