El terremoto de magnitud 7,1 golpeó una zona crucial en la ruta hacia el Campamento Base Norte del Monte Everest, donde los aventureros planeaban escalar.
El temblor causó daños significativos en la infraestructura local, interrumpiendo el flujo de suministros y poniendo en peligro la seguridad de los escaladores.
A pesar de la devastación, los rescatistas trabajaron incansablemente para ayudar a las personas atrapadas y evacuar a los heridos a zonas más seguras.
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