Violencia doméstica afecta a 1 de cada 4 adolescentes menores de 17 años

El tipo de violencia más común es la psicológica, es decir, la sensación de miedo o malestar severo debido a gritos, humillaciones o amenazas.

Uno de cada cuatro adolescentes de entre 14 y 17 años afirma haber sufrido algún tipo de violencia -física, psicológica o haber sido testigo de violencia verbal entre padres, entre otras- en el último año, según un estudio de la Universidad de Barcelona por primera vez. tiempo en España la prevalencia de la violencia en el entorno familiar.

El estudio, titulado «Abuso y exposición a la violencia en el ámbito familiar» y basado en una encuesta a más de 4.000 niños y niñas de todas las comunidades y ciudades autónomas, fue presentado este jueves junto con UNICEF España, que ofreció algunas recomendaciones para prevenir esto. . violencia.

La investigadora de la Universidad de Barcelona (UB) y autora del informe, Noemí Pereda, explicó que «no ha habido ningún estudio con esta metodología» en España basada en la autopercepción de niños y adolescentes, que permite, a diferencia de la retrospectiva estudios, «conocimiento de la realidad actual».

Los datos muestran que el tipo de violencia más común contra los adolescentes por parte de sus padres o cuidadores es de carácter psicológico, es decir, sentir miedo o malestar grave por los gritos, humillaciones o amenazas recibidas, que afirman haber sufrido en la cercanía sobre 10. niños y niñas (16,9% de los encuestados); seguido del físico -golpes, patadas u otros daños físicos-, que afectaría aproximadamente a 1 de cada 10 (7%).

En general, el informe indica que las experiencias de victimización son más prevalentes entre las niñas, que tenían el doble de probabilidades de sufrir violencia directa por parte de sus cuidadores, más del doble de probabilidades de estar expuestas a violencia en el núcleo familiar y casi tres veces más de probabilidades de sufrir violencia en el núcleo familiar. del sufrimiento. exposición a violencia física entre padres.

Esto puede deberse, según Pereda, a su mayor percepción de la gravedad de estas conductas. Además, la orientación sexual y el grupo étnico son factores que pueden multiplicar, en ocasiones hasta cuatro, las posibilidades de sufrir violencia doméstica, según el estudio.

Además, aunque este estudio no preguntó a los encuestados sobre su nivel socioeconómico, Pereda y funcionarios de UNICEF indicaron que si bien hay una mayor prevalencia de violencia en familias socioeconómicamente vulnerables, «la violencia también existe en familias adineradas».

EL PODER DE LA AUTORIDAD Y LA ASIMETRÍA

En cuanto a los motivos, la especialista en Protección de UNICEF España, Almudena Olaguibel, explicó que los padres y las madres tienen «cuatro tipos de poder» que hacen que los niños sean más vulnerables a la violencia contra los niños: poder de afecto, poder de autoridad, poder de quien da. resistencias y asimetría (diferencia de madurez y capacidad económica, entre otras).

De todas formas, afirmó que no todo acto de violencia puede ser considerado abuso, y para que así sea debe haber «intensidad» o «frecuencia», por ejemplo, que los insultos o humillaciones perduren en el tiempo.

Por su parte, la directora de Influencia, Programas y Alianzas de UNICEF España, Lara Contreras, indicó que este es «un problema de todos» y precisó que las soluciones van desde la formación hasta facilitar el día a día, con ayudas, por ejemplo, a las madres. quienes son cuidadores solteros están sujetos a mayores niveles de estrés.

La mayoría de las situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes ocurren en los ámbitos cotidianos de sus vidas y muchas veces a manos de quienes se supone deben protegerlos y cuidarlos», afirmó Contreras, afirmando además que «de ninguna manera la violencia contra los niños es y adolescentes es tolerable».

Por todo ello, el estudio realiza una serie de recomendaciones dirigidas a la prevención de la violencia, su detección precoz y la intervención temprana.

Entre otros destacan: campañas de sensibilización; formación para todos los profesionales que trabajan con niños; creando entornos seguros en el entorno familiar -a través de medidas que fomenten la conciliación, programas de habilidades parentales o ayudas como prestaciones por hijo a cargo-, así como en la escuela, el deporte, el ocio y el tiempo libre.

También solicita compromiso institucional para la implementación de las medidas establecidas en la Ley Orgánica de Protección a la Niñez y Adolescencia Contra la Violencia (LOPIVI); promover aún más las figuras del Coordinador de Protección y Bienestar en los centros escolares y del Delegado de Protección en espacios deportivos y de ocio y contar con la participación de los propios niños.

Asimismo, Unicef ​​España insistió en la importancia de la especialización de los juzgados en materia de violencia contra la infancia y advirtió de que la ley sobre eficiencia de la justicia aprobada en enero por el Gobierno «incluye la especialización pero no la exclusividad». Además, enfatizaron la necesidad de que los profesionales cuenten con las herramientas y el enfoque para brindar la protección que los niños necesitan en esta área.

En este contexto, el próximo 27 de enero UNICEF España celebrará la jornada «La infancia en entornos de cuidados: familia y sistema de protección», durante la cual varios expertos, a través de mesas redondas, debatirán temas como la separación familiar o la situación en los centros residenciales de cuidados.

En 2022, el Registro Unificado de Sospechosos de Maltrato Infantil (RUMI) recogió 29.770 notificaciones de sospecha de maltrato a niños, niñas y adolescentes (21.521 el año anterior). Según los datos del Ministerio del Interior, en 2023 se produjeron 8.248 victimizaciones1 correspondientes a malos tratos en el ámbito familiar sobre menores de 18 años.

FUENTE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *