La artista Marina Vargas colocó figuras femeninas en el centro que estaban relegadas en el fondo de los campos artísticos, culturales y religiosos, como María Magdalena, en una nueva exposición presentada por Museo Nacional de Thyssen-Bornemisza.
«Marina Vargas: Revelaciones» inaugura la octava edición del ciclo Kora, que promueve la actividad realizada por artistas contemporáneos desde la perspectiva de género.
En este proyecto, dirigido por Semíramis González, Vargas «revela y visibiliza» las contribuciones y la herencia de las mujeres que han sido silenciadas a lo largo de la historia, especialmente en el campo sagrado y espiritual.
Por lo tanto, juega con las palabras con lecturas del tarot y otros medios de interpretación que forman parte del universo creativo de la artista, de su biografía y experiencia personal, según explican desde Pinacoteca.
Las piezas presentadas estaban principalmente hechas de la muestra Exrofeo y dialogan con los espacios y obras de la colección del museo, así como con otros préstamos de instituciones como el Museo Nacional de Escultura.
Específicamente, se divide en cuatro secciones, cada una presidida por una carta del Tarot. En primer lugar, ‘Palabra’ presenta una instalación en la que se pueden leer en diferentes idiomas signos tomados de distintas mujeres que han inspirado a la artista, desde teólogas feministas como Cynthia Bourgeault, artistas como Hannah Wilke, figuras históricas como Juana de Arco y autoras como Kate Millet, así como los lemas feministas actuales.
En el mismo espacio se encuentra la escultura «Magdalena» (2024), un par de manos unidas que forman un triángulo que simboliza el útero, un gesto tomado de las movilizaciones feministas. Ambas piezas dialogan con la pintura de Hércules en la corte «Onfalia» (1537), de Hans Cranach.
Luego, el capítulo continúa con ‘Visión’, centrado en el proceso de la enfermedad y, por esta razón, todos los elementos de esta sala aluden al cáncer de mama que la artista sufrió en el pasado y que ha marcado significativamente su carrera creativa.
La tercera sala, ‘Cuerpo’, está presidida por dos misericordiosas misericordiosas: una de ellas, suspendida en el techo, contrasta con otra agrietada en el suelo, que parece haber estado abierta a mostrar y esta es la última de las siete series que la artista ha realizado en la última década.
Cierra la muestra la sala ‘Egipcio’ dominada por la escultura de Luis Salvador Carmona Santa María Egipcio (1734-1766), del Museo de Escultura Nacional.