Nuevo estudio sugiere prevención de coágulos

Un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh y el Centro Médico UPMC (Estados Unidos) ha demostrado que la exposición a la luz roja de onda larga en humanos y animales reduce el riesgo de coágulos sanguíneos, que pueden provocar ataques cardíacos, daños pulmonares y accidentes cerebrovasculares.

Los expertos llevan mucho tiempo relacionando diferentes exposiciones a la luz (natural y procedente de pantallas) con problemas de salud. El amanecer y el atardecer determinan el metabolismo, la secreción hormonal e incluso el flujo sanguíneo, y es más probable que se produzcan ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares por la mañana que por la noche.

En este estudio, publicado en el Journal of Thrombosis and Haemostasis, los investigadores expusieron ratones a 12 horas de luz roja, azul o blanca, seguidas de 12 horas de oscuridad, en un ciclo de 72 horas. Después de este proceso, descubrieron que los ratones expuestos a la luz roja tenían casi cinco veces menos coágulos que los ratones expuestos a la luz azul o blanca.

Además, en los animales, la luz roja se asoció con menos inflamación, activación del sistema inmunológico y mayor producción de ácidos grasos. Este último aspecto contribuye a reducir la activación de las plaquetas, que son fundamentales para la formación de coágulos.

Además, el equipo analizó los datos existentes sobre más de 10.000 pacientes que se sometieron a una cirugía de cataratas y luego utilizaron gafas con filtro de luz azul. Estos pacientes tenían un riesgo menor de sufrir coágulos de sangre en comparación con aquellos que usaban gafas convencionales.

«Nuestros próximos pasos son descubrir por qué sucede esto biológicamente y probar si exponer a las personas con alto riesgo de coágulos de sangre a más luz roja reduce este riesgo. Llegar al fondo de nuestro descubrimiento tiene el potencial de reducir masivamente el número de muertes y discapacidades causadas por coágulos de sangre en todo el mundo», afirmó el autor principal del estudio, Matthew Neal.

En cuanto a los ensayos clínicos, el equipo está desarrollando gafas de luz roja para controlar la cantidad de exposición a la luz que reciben los participantes del estudio e investigar quién puede beneficiarse más de la luz roja.

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